Homenaje póstumo para oficial asesinado en el norte Chinandega

Tras 20 horas de hospitalización se rindió a la muerte el sub oficial de tránsito Edwin Josué García Varela de 26 años, quien fuera impactado con arma de fuego en el tórax, hecho ocurrido en el norte de Chinandega.

El comisionado mayor Leonel Guerrero, Segundo Jefe de la Policía, se refirió a las circunstancias en que el joven fue herido de muerte: " el domingo en horas de la tarde Edwin García salió de su casa en la comunidad Los Jobitos y pidió a su amigo Yerdin que lo acompañara en busca de una medicina en Bado Ancho.

García, manejaba su moto y al pasar por el puente "quebrado" se encontró con tres personas, una de ellas detonó un arma de fuego y un proyectil alcanzó al oficial en el tórax", dijo Guerrero, aclarando que no se trataba de la frustración de un robo sino de una desafortunada casualidad.

El medio día de este lunes se decidió trasladar al oficial hacia el hospital Roberto Huembes, pero lamentablemente falleció en el trayecto" confirmó.
En la delegación departamental de la policía las banderas fueron izadas a media asta en señal de duelo. Los oficiales honraron la memoria del agente con un minuto de silencio.

Una delegación compuesta por las diferentes especialidades acompañó el cuerpo del oficial y a los familiares hasta la comunidad Los Jobitos.

Las autoridades identificaron a Melvin Antonio Hernández Barrientos de 19 años y determinaron que es el autor del disparo que cegó la vida del policía. Hernández, supuestamente es originario de la comunidad Santa Eulalia de Somotillo.

Todavía no se informa de su acompañante, quien podría ser el responsable del disparo en la mandíbula que recibió Marco Antonio Estrada Estrada, de 17 años, el otro lesionado en el incidente.

Edwin Josué García Varela dejó un niño de 2 años en la orfandad y su compañera de vida Grisey Moreno Mendoza, de 25 años, apenas asimila la noticia.

Los restos del joven serán sepultados mañana miércoles en el cementerio de Santo Tomás del Norte departamento de Chinandega.



Por: Kathia Reyes