Nueva Segovia, al norte de Nicaragua, es un destino clave para el turismo sacro, ofreciendo espacios de profunda espiritualidad, historia y belleza natural. Entre sus principales atractivos se encuentran templos, santuarios y miradores que invitan a la reflexión y el recogimiento.
Uno de los sitios más emblemáticos es Dipilto, un municipio rodeado de montañas donde se ubica el Santuario Virgen de la Piedra, erigido en 1947 por Monseñor Nicolás Antonio Madrigal durante una crisis sanitaria. Este santuario se convirtió en un símbolo de fe y esperanza.
Además de su belleza natural, el sitio cuenta con un pozo que los creyentes católicos consideran que tiene agua bendita y le atribuyen propiedades curativas.
A pocos metros, también está el Mirador Cruz de La Fe, inaugurado en 2016, el cual permite a los visitantes disfrutar del paisaje mientras fortalecen su fe en un ambiente de tranquilidad.
Mientras tanto, en Ocotal, la Gruta de Guadalupe se erige como un monumento histórico y referente del turismo sacro. Ubicada en el barrio José Santos Rodríguez, la gruta recibe mantenimiento constante y es un punto de encuentro para fieles y turistas que buscan un momento de paz y reflexión.
Otro destino destacado es la Loma Santa en Mozonte, un sitio de peregrinación, donde los devotos suben para hacer penitencia y elevar sus plegarias. Desde la cima, se obtiene una vista panorámica del pueblo y familias indígenas. Los visitantes deben subir 127 escalones, lo que convierte el recorrido en toda una experiencia.
Finalmente, en Ciudad Antigua se encuentra el Santuario Señor de Los Milagros, con una historia que se remonta al año 1,611. Es un ícono de la fe católica en la región.
Su arquitectura y sus imágenes sagradas lo han convertido en un referente del turismo religioso, atrayendo a cientos de fieles cada año, quienes agradecen a Dios, cumplen promesas y realizan peticiones especiales.