El reloj marcaba la una de la tarde cuando un teléfono sonó en el sector número 20, en la ciudad de Somoto. Doña María Auxiliadora González atendió la llamada: era su hija, Dora María González, quien le avisaba que acababa de salir del trabajo y que la llamaría por la noche. Sin embargo, esa llamada nunca llegó.
A las 4:30 de la tarde de ese jueves 4 de septiembre, el teléfono volvió a sonar. Esta vez, la voz al otro lado le pedía que fuera fuerte: una triste noticia había golpeado a la familia. “Dorita”, como era conocida en el barrio, había fallecido a manos de su pareja, Pedro Carrasco García, de 31 años.
Doña María no pudo contener las lágrimas. Llamó a algunos familiares para confirmar lo que temía. La noticia era cierta.
En una vivienda dentro de la finca Villa Nueva, ubicada de la Gasolinera Puma Santa Lucía unos 100 metros al este, de la ciudad de Estelí, los equipos de emergencia habían encontrado dos cuerpos: el de Dorita, a quien le habían arrebatado la vida de varias puñaladas, y el de Pedro Carrasco, su pareja, aún con signos vitales pero con heridas en la tráquea tras autoagredirse con un cuchillo.
Mientras eso ocurría, dos pequeñas de 5 y 8 años preguntaban si su mamá llamaría esa noche para hablar con ellas. Ahora, bajo la tutela de una abuela devastada, esperan el regreso del cuerpo de su madre a Somoto.
Noticias ABC conoció que en horas de la tarde y noche del mismo día, Pedro Carrasco García fue intervenido quirúrgicamente en el hospital San Juan de Dios, debido a una exposición de su tráquea, pues habría intentado quitarse la vida tras perpetrar el crimen que hoy enluta a una familia de Somoto
