El fervor de muchos feligreses de la ciudad de Estelí, se vive durante el novenario a la Inmaculada Concepción de María. Con devoción y alegría, los creyentes se reúnen en las distintas parroquias y en varias viviendas de esta ciudad para rezar y meditar, manifestando que esta tradición es una preparación espiritual para vivir con fe la solemnidad de la Purísima.
En la Catedral Nuestra Señora del Rosario, de Estelí, los feligreses expresaron un profundo fervor al participar en el novenario a la Inmaculada Concepción, cuyo rezo se realiza a las 5 de la tarde.
Para Leda Rugama y Luisa González, participar en la novena a la Purísima es una forma de prepararse con fe para celebrar el 7 de diciembre.
En la parroquia San Juan Bosco, la novena a la Purísima inició el pasado 28 de noviembre y finaliza el sábado 6 de diciembre, iniciando a las 5 de la tarde con la novena, seguido de la Santa Eucaristía y culminando con la entrega de los paquetes tradicionales.
Nohelia Sevilla, manifestó que la feligresía católica está participando activamente en el novenario en la parroquia San Juan Bosco y, cada día se asigna a una pastoral para dirigir dicha actividad religiosa.
La feligresía se prepara para una de las principales celebraciones religiosas y culturales de Nicaragua. Foto: Byron Altamirano/Radio ABC StereoEn el marco de las celebraciones marianas, suelen haber confusiones entre algunas personas acerca de adorar y venerar, así mismo, sobre el origen de las advocaciones de la Virgen María, algo que la iglesia católica considera importante comprender.
Desde la parroquia La Cruz del Calvario, en Estelí, Socorro García, una de las organizadoras de la Purísima en ese templo, explicó que la adoración es un acto que se dirige exclusivamente a Dios, no a los santos ni a la Virgen.
“Adorar a Dios, únicamente a Dios. A la Virgen se venera, se ama, se honra como modelo de fe y madre de Jesús. A los santos también los veneramos, quiere decir que los respetamos y los tenemos como ejemplo de cómo lograron ser santos, por eso hay que saber mucho de su historia”, expresó Socorro García.
Las prácticas de adoración, según el Catecismo de la Iglesia Católica, incluyen acciones dirigidas únicamente a Dios, como orar ante el Santísimo, participar en la Santa Misa, el sacrificio espiritual, reconocerlo como Padre y Creador, admitir su superioridad y su grandeza. En cambio, la veneración, son gestos de respeto hacia los santos, como pedir su intercesión, visitar reliquias o imágenes, y celebrar sus fiestas.
Socorro García también explicó que las advocaciones representan las distintas formas en que se nombra a la Virgen María, esto No significa que hay varias vírgenes, sino que recuerdan el lugar donde ha sido reconocida o donde se ha reportado una aparición.
Estas aclaraciones surgen en una temporada donde las expresiones de fe cobran mayor relevancia, y donde creyentes buscan fortalecer la comprensión de sus prácticas y tradiciones religiosas.