Ariel Calderón Andino, un hombre de mirada carismática y humilde del que ha estado en la cima, es considerado la joya de Nicaragua en el baloncesto en silla de ruedas y acierta ocho de cada 10 tiros libres que lanza, pero él se mortifica con cada fallo.
Él tiene 35 años de edad y nació con una deformación congénita llamada agenesia femoral, mejor conocida como fémur corto. Ha estado en la cancha por cinco años, sus hombros robustos y manos ágiles han soportado el peso del balón, los aplausos del público se transforman en un energizante natural que lo hacen lanzar el balón directamente a la canasta.
Ariel Calderón solo falla 2 de cada 10 tiros. Foto: Cortesía
Ariel Calderón es originario de la Comunidad El Regadío, ubicada a 15 kilómetros al noroeste de la ciudad de Estelí, y desde ahí, ha salido para representar con orgullo a Nicaragua a través de la Selección Nacional en los Juegos Paracentroamericanos, así también representar en los Juegos Paralímpicos a la ciudad de San Sebastián en Bilbao, España, lugar donde reside desde hace cinco años y donde juega con el equipo local Salto Bera Bera.
Llegar al Salto Bera Bera de San Sebastián en Bilbao no fue de la noche a la mañana, sino de años de entrega, pasión e ilusión por practicar deporte y demostrar al mundo que no existen barreras en la discapacidad.
Junto a sus padres luce orgulloso durante su promoción universitaria. Foto: Cortesía
Contador de profesión y deportista por pasión
Ariel Calderón nació con su pie izquierdo corto, y desde que dio sus primeros pasos, lo hizo auxiliado de una muleta para nivelar su pie y abrirse paso a nuevos caminos, que lo llevaron no solo a terminar su carrera de licenciado en Contaduría Pública, sino también a disfrutar y vivir todas las disciplinas deportivas, desde los campos y canchas de juego de su comunidad El Regadío.
Este hombre de 1.63 metros de estatura y de origen campesino ha sido gran aficionado a los deportes en general, pero en lo que más se ha destacado en Nicaragua ha sido en el béisbol y futbol, donde ha jugado como delantero, pitcher y segunda base, siendo sus padres Jorge Calderón y Guadalupe Andino, sus grandes amigos e impulsores en la educación y el deporte.
Ariel Calderón también destacó en béisbol y fútbol. Foto: Cortesía
Ariel ha sabido combinar el deporte con su profesión. En Estelí trabajó por muchos años como contador de una ONG, sin embargo, sus deseos de superación personal y económica lo llevaron a emigran en 2011 a Bilbao, España, lugar donde llegó a trabajar en la parte administrativa de una empresa de construcción de interiores, además de asistente del hogar y cuidar a su sobrino Maykol, sin embargo, buscaba opciones de entretenimiento y practicar deporte, por lo que unos amigos le hablaron del basquetbol en silla de ruedas.
A él le pareció genial y decidió visitar la ciudad de San Sebastián, lugar donde juega con Salto Bera Bera, equipo que no solo abrió las puertas de la cancha de entrenamiento para él, sino que dio una oportunidad de integrarse a jugar baloncesto en silla de ruedas, deporte adaptado a personas con discapacidad motora.
Este deportista esteliano actualmente juega en un equipo de Bilbao, España. Foto: Cortesía
Ariel Calderón juega con el Salto Bera Bera desde 2013 y desde entonces ha ganado, no solo medallas y reconocimiento, sino una oportunidad de vivir de baloncesto.
Fanático de los mejores
Este joven nicaragüense amante del basquetbol en silla de ruedas, admira a Asier García Pereiro, un jugador de la Selección Española, según él por ser un jugador espectacular con capacidad de lectura de juego, con carácter e inteligente para jugar.
A nivel de NBA, se considera un seguidor de Los Ángeles Lakers y es admirador de Stephen Curry, por la manera que ha tenido que evolucionar para poder jugar al nivel que está.
Mientras que en Nicaragua, Ariel admira al bloque de la Selección Nacional de Baloncesto en silla de ruedas, donde ha tenido la oportunidad de jugar durante periodo de vacaciones, pero de manera individual reconoce el trabajo que hace en la cancha el jugador Carlos Alegría.
Ariel Calderón, además de jugar baloncesto en silla de ruedas, gusta de los ritmos latinos, caribeños, salsa, bachata, merengue y el baile, del que disfruta cada vez que tiene la oportunidad.
Colaboración de Famnuel Úbeda