La producción de maíz y frijoles ha sido el único medio de sobrevivencia en el campo, sin embargo, en los últimos años esto ha generado pérdidas económicas, deudas, migración y desintegración entre las familias.
Las mujeres son las más afectadas, ya que en manos de ellas queda resolver las necesidades de alimentación, salud y estudios de los hijos.
Punta Arena es una de las comunidades del municipio de Palacagüina en el departamento de Madriz, donde se vive el efecto de la migración de los hombres.
Antes podían producir sus propios frijoles y maíz, pero ahora deben comprarlos. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Las mujeres jóvenes buscan oxigenarse económicamente en el trabajo de chapeo de café, siembra de maní, cultivo de hortalizas, albañilería, industria del tabaco o de asistentes del hogar.
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Mientras las que quedan en casa tienen que reducir la cantidad de alimentos para hacer rendir la provisión de la semana. Una de ellas es doña Francisca Martínez. "Nosotros nunca habíamos comprado maíz, pero este año sí, nos agarró duro. Pero el Señor es poderoso, y haya o no haya el niño está pidiendo, debemos fijarnos en las criaturas. Entonces es mejor dejar de comer para darle el bocado al niño", expresó doña Francisca.
En la comunidad no hay trabajo ni dinero para enfrentar la crisis y los hombres que aún permanecen, caminan varios kilómetros para buscar trabajo, pero el pago es de apenas 100 córdobas por día.
Punta Arena está ubicada en el municipio de Palacagüina, Madriz. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
También doña María Macaria Pastrana, de 49 años de edad, madre de cuatro hijas afirma que sobreviven con pocos alimentos. "Estamos comprando unas arrobitas de maíz para ver si ajustamos, uno vive de lo que Dios le da. Tenemos que comprar el poquito de frijoles y maíz en el mercado de Palacagüina. La libra de frijol nos cuesta 15 córdobas y la arroba de maíz 100 córdobas, pero nos dura ni una semana", comentó doña María Macaria a Noticias ABC.
Este año el invierno no ha sido el mejor y según Harold Wilfredo Olivas, miembro de la mesa agroclimática, ha sido uno de los más catastróficos para las familias campesinas.
