El huracán Iota dejó severos daños en Nicaragua, entre las zonas afectadas directamente están los municipios de Wiwilí, Jinotega y Wiwilí Nueva Segovia, divididos por el extenso Río Coco.
Desde antes que llegara el desastre, la iglesia católica puso a disposición los templos para alberges y medios para el traslado de los afectados. Durante el paso del huracán se mantuvieron las tareas de apoyo, las que aún continúan con las personas que perdieron todo.
Mucha de la ayuda que se ha conseguido y entregada ha sido por colaboración de Cáritas Diocesana de Estelí y la Diócesis de Austin, Texas, Estados Unidos, que ha estado muy de cerca en estos momentos de gran necesidad.
El padre Delvin Aquiles Martínez, del municipio de Wiwilí, Nueva Segovia, informó que se va trabajando conforme a un censo y entre las comunidades más afectadas destacan: La Chachagua, Ventilla y el barrio Martha Quezada del casco urbano.
Parte de los donativos. Foto: Cortesía
ientras que en Wiwilí, Jinotega, la zona vecina de Maleconcito urge de mucho apoyo. En total son 283 familias damnificadas entre los dos municipios, según el censo. Para ello, en la casa cural siguen recibiendo donativos de parte de quienes colaborar con la población afectada.
El sábado 5 de diciembre se entregó la primera ayuda que consistía en alimentos que servirán para unas dos semanas, además de medicina y ropa. "Hemos contado con el apoyo de hermanos que se encuentran en Estados Unidos, sobre todo con la Diócesis de Texas, ha estado pendiente el obispo, también la Parroquia Sagrado Corazón de Jesús", comentó el sacerdote.
"Contamos en primer lugar con una ayuda que nos garantizó a nosotros ofrecerle a nuestros damnificados alimentación, todo lo que respecta a la provisión, hemos conseguido ropa, zapatos, colchonetas…todo lo que hemos recibido ha sido en beneficio para nuestros hermanos, de igual manera medicina de parte de Cáritas Estelí", expresó el padre Delvin, quien agregó que "hay mucha necesidad, hay personas que lo perdieron todo: casa y cosechas".
