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Familias afectadas por huracanes están siendo asistidas por CRS

El organismo de la iglesia católica se ha coordinado con la Diócesis de Siuna para brindar asistencia a más de 4 mil personas afectadas por los huracanes.

A las comunidades de debe llegar en panga. Foto: Cortesía
A las comunidades de debe llegar en panga. Foto: Cortesía

Periodista Roberto Mora Cárcamo
14-Enero-2021
RAAN-Nicaragua

Las zonas del Caribe fueron las más azotadas por los huracanes Iota y Eta, a finales del año pasado y todavía muchas comunidades están en proceso de recuperación.

El organismo Catholic Relief Service (CRS), fundado por los obispos de la iglesia católica de los Estados Unidos, trabaja en zonas remotas del municipio de Prinzapolka con apoyo de la Diócesis de Siuna, donde más de 4,500 personas están siendo asistidas.    

Cairo Jarquín, gerente de gestión de riesgo y emergencias de CRS Nicaragua, informó que después de una rápida evaluación ahora están trabajando para apoyar a las familias con láminas de zinc, carpas y con préstamos de motosierras para limpieza de escombros y para el uso de la madera en la reconstrucción de sus viviendas.

Son comunidades menos accesibles, según Cairo Jarquín, quien manifestó que las zonas están muy alejadas y los donantes no pueden ir por los altos costos operativos. 

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"En alianza con otra organización humanitaria y en coordinación con el gobierno regional estamos pudiendo llegar, son comunidades a las que podés llegar en panga entre 3 y 6 horas, con carga es más tiempo", explicó Jarquín. 

Este programa se está enfocando principalmente en el agua y saneamiento, sobretodo en dos comunidades donde no tienen acceso al agua dulce y lo dotaron de equipos para almacenar el agua de lluvia.

CRS hizo una sola entrega de alimentos porque tanto las instituciones del gobierno como otros donantes han estado pendientes entregando alimento a los afectados y es por ello que CRS está enfocándose en otras áreas.

Las siembras de arroz, yuca y en menor cantidad los frijoles se perdieron en estas comunidades de Siuna, donde esperan poder recuperar sus sistemas de producción a partir de la próxima siembra de primera.


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