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Un profesional que busca sobrevivencia en el comercio informal

De psicólogo a servidor ambulante. Abel Gutierrez dejó su consultorio para recorrer las calles de Estelí ofreciendo chocolates, medicina natural, toma de presión y de peso. La necesidad lo hizo salir a ganarse la vida.

Abel Augusto Gutiérrez es licenciado en psicología pero con las afectaciones a su trabajo decidió salir a vender a la calle. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
Abel Augusto Gutiérrez es licenciado en psicología pero con las afectaciones a su trabajo decidió salir a vender a la calle. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo

Periodista Famnuel Úbeda
29-Enero-2021
Estelí-Nicaragua

Abel Augusto vive con su esposa e hijos y durante mucho tiempo estuvo dedicado a brindar atención psicológica en su consultorio ubicado en la ciudad de Matagalpa, un trabajo que le permitía mantenerse junto a su familia.

Con el golpe que dio la pandemia a la economía, el mundo de las oportunidades laborales en distintos ámbitos disminuyó, por lo que Abel Augusto tuvo que reinventarse otro método de sobrevivencia y dejó a un lado su mesa de escritorio para tomar un autobús que lo lleve hasta la ciudad de Estelí.

"Hay que resolverle a la familia, solventar los gastos y mejorar la economía", asegura Abel, quien relata que ante la necesidad de proveer a la familia "yo ya casi a los 38 años de edad no tenía casa propia, alquilaba, entonces decidí pedirle dirección al Señor, porque soy una persona que confío en Dios, que me diera dirección para ver que iba a hacer con mi vida y cómo iba a superar ese desafío".

La misión es recorrer el mercado Alfredo Lazo y otras calles del Diamante de La Segovia para vender chocolates a cada uno de los transeúntes, tomar la presión o brindar asistencia a domicilio a algunos pacientes. También ofrece el servicio de pesa.

Para Abel este trabajo lo llena de orgullo porque se gana la vida honradamente. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo


"Así vino esta idea de la pesa, originalmente miré a un muchacho en el parque, me inspiró y dijo 'yo voy a hacer eso, ¿quién dijo miedo? ¿quién dijo pena?', porque pena solo para robar y creo que uno debe ser valiente y dejar el miedo porque te limita y paraliza", manifiesta Abel.

El matagalpino cuenta que fue a través de un joven que se inspiró en salir de la zona de confort  y sobrevivir de esa manera, llegando a ganar un promedio de 500 córdobas al día cuando logra que 100 personas se pesen, además de otros ingresos por toma de presión y ventas de medicina natural.

"Comencé con la pesa, después a tomar la presión, luego comencé a hacer las terapias y consejerías que yo hago en los mercados, en las tiendas, en la oficina, de esa manera me gano la vida honradamente, es un dinero que lo haces sirviendo a las personas, le orientas y la gente va reconociéndote, va respetándote y confía en vos", sostiene Abel.



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