Andrés Alberto Avilés Castillo tiene 11 años y a su corta edad trabaja en convertirse en uno de los caprinocultores más jóvenes de Nicaragua, pues desde pequeño ha estado en contacto con las cabras y piensa en el mejoramiento genético, innovación y creación de productos a través del aprovechamiento y procesamiento de la leche que se produce en El Aprisco La Castilla, ubicado en el municipio de Chinandega.
Entre las más de 80 cabras que rumian y ordeñan en la finca de su padre, Andrés Alberto casi no se ve por su estatura, sin embargo, en las ferias y exposiciones nacionales sobre este rubro es el que más se hace notar, pues siempre está llamando la atención por su elocuencia y dominio sobre la crianza o manejo de cabras. Además destaca por los conocimientos que tiene sobre las propiedades nutritivas y medicinales de la leche de cabra y sus derivados.
No es para menos, Andrés Alberto siempre ha estado rodeado de ganado. Sus padres Alberto Avilés y Claudia Castillo son quienes se han convertido en su principal fuente de inspiración y quienes lo impulsan a convertir la crianza de cabras en el mejor negocio y entrenarse en mercadotecnia.
"El algo inspirador, yo quiero seguir los pasos de mi papá y ayudarlo en todo lo que pueda, estoy interesado en el ganado, recientemente iniciamos el negocio de las cabras, hemos trabajado con ellas para producir leche y hacer cuajada, dulces, cajetas, etcétera", cuenta el pequeño emprendedor.
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Su negocio es la elaboración y comercialización de queso, cuajada y dulce de leche de cabra, con ellos busca llegar a los diferentes mercados, tiendas y supermercados del país. En un futuro no muy lejano espera exportar los productos pero para ello fortalece sus bases en el conocimiento para entregar productos de alta calidad a los clientes finales y ayudar a sus padres.
Él siempre está de pie buscando a reinventarse, participa en algunas ruedas de negocios y asegura que nadie lo detiene. Con el emprendimiento familiar tiene objetivos claros: crecer en mercado, mejorar el negocio, aumentar la cantidad de animales y ser generador de oportunidades laborales en su comunidad.
Andrés Alberto cursa el sexto grado de educación primaria y anhela estudiar medicina veterinaria, para asistir él mismo a sus animales, sin embargo, desde que se estableció el negocio de los quesos y dulces de leche de cabra se ha encargado de diseñar y administrar toda la publicidad y clientes en las redes sociales, para darle seriedad al negocio, incluso se encargó de diseñar el etiquetaje y marca.
"Es interesante y muy hermoso ver a los animales, la ganadería es una tradición antigua que es hermosa de poder practicar y que vaya de generación en generación", sostiene el pequeño, quien agrega que el negocio es de su papá pero él se encarga de promocionar la marca y dijo que "esperamos aumentar la producción y conseguir los suficientes fondos para mejorar el lugar donde las estamos criando".