En lo alto de las montañas de Mozonte, en el departamento de Nueva Segovia, crece un café que está dejando huella en el mundo. Desde la Finca El Misterio, a 1,600 metros sobre el nivel del mar, el productor Silvio Sánchez Orellana cultiva con esmero variedades de café que se han ganado el respeto y la admiración de expertos internacionales.
Silvio lleva más de 13 años dedicando su vida a perfeccionar el arte de producir café. Entre los árboles de su finca nacen granos de borbón, catuaí rojo y amarillo, parainema, geisha y maragogipe, todos cuidados con detalle para garantizar un sabor excepcional.
El café segoviano, explicó Silvio, destaca precisamente por esa delicadeza y dulzura tan característica. Su calidad ha sido reconocida en prestigiosos concursos como la Taza de la Excelencia, donde también ha participado con su otra finca, Santa Teresa.
Pero no es solo el sabor lo que marca la diferencia, sino el compromiso con cada etapa del proceso. Desde la selección cuidadosa de la uva madura hasta el traslado en cajillas, todo se hace con dedicación y respeto por la naturaleza, aseguró.
Gracias a este enfoque artesanal y sostenible, el café de Silvio Sánchez ha llegado a países como Alemania, Dinamarca, Países Bajos y Estados Unidos, donde es muy apreciado. Algunos lotes incluso alcanzan precios superiores a los 300 dólares por quintal.