Regionales
Inocente fue el veredicto del jurado de conciencia, integrado por 5 mujeres y un hombre, a favor de Ivania Rafaela Moreno Acevedo, de unos 31 años de edad, quien había sido acusada en los tribunales por el delito de parricidio que puso fin a la vida de su esposo, Sergio Marín Gradis, de 33 años, originario de Dipilto, Nueva Segovia.
El juicio que duró aproximadamente dos días, finalizó a las ocho de la noche de este martes 13 de octubre en Ocotal.
La defensa, a cargo del abogado Gabriel Díaz, logró imponer la teoría de que la muerte fue a causa de un suicidio, aunque la prueba de parafina en las manos del ahora occiso no mostró pólvora del revolver 38 milímetros que produjo la detonación en el pecho con salida en la espalda.
Por el contrario, la prueba de parafina sí había resultado positiva en las manos y vestimenta de Moreno Acevedo, según el dictamen pericial presentado por la Fiscalía.
La clave para que el jurado de conciencia declarara inocente a la mujer, fue la testifical de su hijo de 14 años que procreó con el ahora difunto, quien habría afirmado en el juicio que su madre estaba a unos 4 metros del cuarto cuando se escuchó el disparo, ocurrido la tarde del 14 de julio pasado.
La controversia entre la defensa y la Fiscalía que permaneció en casi todo el juicio era si había sido un suicidio o parricidio.
Los familiares de la víctima indignados sólo dijeron que faltaba la Justicia Divina. Mientras los familiares de la otra parte estallaron en gritos la libertad de Ivania Rafaela Moreno Acevedo, quien de manera rápida fue montada en la tina de una camioneta de la Policía y alejada del portón del Juzgado.
