Hasta que públicamente se denunció que la cascada El Salto de la Estanzuela se había secado, los líderes de la comunidad se dieron cuenta de que en su zona había uso desmedido del agua para el riego de hortalizas.
El mismo Marena, institución que vela por el ambiente, aprobó y supervisaba los permisos de riego a los productores en su mayoría de tomates.
Fue tanta la explotación del agua, que la cascada de la Estanzuela, de mayor atractivo turístico en Estelí, no prestaba condiciones para recibir a los veraneantes durante la Semana Santa.
En su momento, los pobladores que se atrevieron a denunciar criticaron la pasividad de los líderes de la comunidad de La Estanzuela.
Pero, finalmente se lograron algunas acciones, según nos informó Glenda María Rocha, coordinadora del comité de liderazgo sandinista, quien sostuvo que llegaron a un acuerdo con los productores para que utilicen el agua del río, pero de una forma racionada.
Según la líder comunitaria, el próximo año se intensificarán las medidas de protección de la cuenca que desemboca en el Salto de la Estanzuela.
“Existen 16 motores de riego sobre la rivera del río, esta gente estaba regando en horas no aptas, pero ahora se les restringió hacer uso de los motores por la madrugada y la tarde, para el próximo año no vamos a permitir la sobre explotación” sosuvo Rocha.
