Leoncio Vanegas | Nueva Segovia
Rachas de fuertes vientos con rayos, truenos y lluvia que pasaron al ras de los techos de viviendas de Ocotal, la tarde de ayer, lograron tumbar un árbol de llamarada del bosque en la concurrida Escuela Yelba María Antúnez, ubicada en el barrio José Santos Rodríguez.
El árbol estaba seco y el vendaval lo arrancó de sus raíces secas o podridas.
Los estudiantes que estaban en un aula del pabellón de en medio asumieron como normal el zumbido que el viento emite sobre el techado de zinc.
Pero, pocos instantes después los asustó un estruendo sobre el techo que los hizo gritar y desalojar con rapidez el aula.
No era grave. Por fortuna el tronco seco del árbol cayó rasante sobre la solera del techo, quedando recostado sobre otro de la misma especie que estaba a la par.
El suceso dejó una lección, que lo explica Roosevelt Pérez Ardón, técnico de la Oficina de Medio Ambiente de la Alcaldía de Ocotal.
Los otros árboles también están en proceso de morir, por lo que requieren de cortarlos y volver a sembrar más para seguir disfrutando de la sombra fresca que ofrecen.