Las fritangas y ventas de tortillas son pequeños negocios arraigados en la cultura nicaragüense. Muchas mujeres estelianas desempeñan estas labores que implican desafíos y oportunidades, aportando a la economía local y a suplir necesidades alimenticias de la población.
Ana María Baéz y María José López Castro son parte de esas mujeres que le ponen ganas a la vida con sus iniciativas de trabajo en Estelí. A través de sus iniciativas de emprendimiento, logran generar ingresos y marcar una diferencia, demostrando que la pasión y la dedicación son claves para el éxito.
Ana María Báez es una mujer que comienza su jornada a las cuatro de la mañana. Su día inicia en el molino, donde muele el maíz que luego utiliza para hacer sus tortillas. Tiene que iniciar temprano para poder empezar a ofrecer su producto a las 6 de la mañana.
Con el calor de la estufa encendida en una de las aceras cercanas al Colegio Nuestra Señora del Rosario, en el barrio Héroes Mártires, Ana María se asegura de que cada tortilla esté perfectamente cocida para comercializar.
Este oficio, que ha practicado durante más de cuatro años, no solo le permite cubrir sus gastos de alimentación, sino también asegurar la educación de sus hijos.
Por otro lado, María José Castro López, quien también ha decidido emprender desde su hogar en el barrio Boris Vega, elabora las tradicionales enchiladas nicaragüenses y otros productos de fritanga.
Con una pequeña estufa afuera de su casa, María José se ha ganado la confianza de los habitantes del sector al ofrecer una diversidad de platillos que atraen a quienes transitan por el sector. "Los límites están en la mente…es normal pasar por momentos difíciles pero de cada uno se aprende", explica.
María José no se conforma con lo tradicional, pues ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y ha incursionado en las redes sociales, particularmente en TikTok. A través de esta plataforma, ha logrado mostrar su trabajo en vivo, saludar a sus seguidores, compartir su proceso de cocina y, lo más importante, invitar a los estelianos a conocer y comprar sus productos.
El uso de TikTok ha sido una herramienta clave para María José. Además de permitirle dinamizar sus ventas, le ha abierto un mundo de posibilidades para establecer redes de apoyo y promover actividades sociales en beneficio de las comunidades rurales.
Su presencia en las redes no solo le ha permitido vender más, sino también sensibilizar a otros sobre la importancia de apoyar a los pequeños emprendedores locales por medio de un personaje que creó y bautizó con el nombre de "Marichú".
Estas dos mujeres son el reflejo del espíritu emprendedor y de la lucha constante por salir adelante. Cada una, con su iniciativa y creatividad, ha logrado transformar su necesidad en una motivación para emprender y tener una fuente de ingreso.