En cada cana y en cada arruga se conservan experiencias, sabiduría e historias que, por mucho que se repitan, jamás perderán su valor. Sin embargo, muchos ancianos sufren desprecio, exclusión y maltrato por parte de sus familiares.
Según datos de la OMS, uno de cada seis adultos mayores sufre algún tipo de violencia, física o psicológica, y en el mayor de los casos proviene del seno familiar. Por ello, es fundamental que las personas de la tercera edad conozcan sus derechos y la sociedad respete sus cambios.
María José Barrantes, psicóloga esteliana con 33 años de experiencia, informó que en la vejez se presentan cambios emocionales y físicos:
“Hay que reconocer que aunque todos estén en la misma casa que un anciano, este puede sentirse solo, pues ya no puede realizar las mismas actividades que años atrás”, añadió la especialista.
Pablo Sevilla, tiene 91 años de edad, y se siente feliz porque en su familia todos lo tratan con cariño y le brindan la atención necesaria. Él mostró su disgusto y preocupación por el maltrato que reciben muchos ancianos.
“Es una grosería. ¿Cómo va a ser posible que manden a los abuelitos a otros lados? Como ya estamos viejos nos quieren mandar a atender con las monjitas en vez de que nos atienda la familia”, expresó Sevilla.
Quizá le interese: Un refugio de amor y cuidado para más de 20 adultos mayores
Por su parte, Leonor Fuentes Rocha, de 82 años de edad, es coordinadora de los adultos mayores de pensión reducida de vejez, en la Casa de Adultos Mayores Rodolfo Toruño Pérez, de Estelí. Ella considera fundamental que se respeten sus derechos.
“Se nos debe dar preferencia en los lugares de servicio. Para eso se ha luchado, para que los adultos mayores sean respetados”, dijo Fuentes Rocha.
Los derechos fundamentales de las personas mayores deben ser respetados en todo momento. El abogado Ramón Antonio Gutiérrez explicó que el código de familia indica que en caso de abandono, los adultos mayores pueden demandar una pensión para poder vivir una vida digna.
En tanto, Cristóbal Arauz, a sus 76 años de edad continúa laborando y se siente capaz de ejercer su trabajo, mientras que, Ilario Alfaro, de 77, mencionó que sus hijos le apoyan en todo momento y que depende de ellos en gran manera. Esto refleja las diferentes realidades de cada persona.
Estas historias reafirman la importancia del respeto, cuidado e inclusión en todos los sentidos para los adultos mayores, pues ellos son un recordatorio de que la juventud es solo una etapa y que todos y todas caminamos hacia la vejez.