Este domingo 20 de julio, se conmemora el Día Mundial del Ajedrez, considerado como un deporte por el Comité Olímpico Internacional desde 1995.
El ajedrez, como lo conocemos hoy en día, con sus reglas y piezas actuales, evolucionó a partir de un juego llamado chaturanga, que se originó en la India hace más de 1500 años.
El chaturanga, a su vez, fue adaptado y modificado por los persas, quienes lo llamaron shatranj, y fue a través de los árabes que llegó a Europa, donde continuó su evolución hasta convertirse en el ajedrez moderno.
Este juego además es considerado una herramienta educativa para fomentar el diálogo, la solidaridad y crear habilidades de concentración.
Estudiante nicaragüense participa en torneo de ajedrez. Foto: Cortesía / El 19 Digital
Harold Talavera, profesor de educación física, del colegio SOS Hermann Gmeiner en Estelí, comparte que el ajedrez aporta beneficios mentales a los estudiantes, ayuda a desarrollar habilidades para la resolución de problemas, toma de decisiones y sacrificar para ganar, para ello se necesita una preparación previa, conocer cada una de las posiciones que ocupa cada pieza en el tablero.
“Los padres y los profesores deben involucrar a los niños en el ajedrez, para que ellos comiencen a desarrollar ese pensamiento lógico y la resolución de problemas, que es parte fundamental en la vida cotidiana. Además, se les enseña desde primero a segundo grado, para que vayan conociendo las piezas y ya en sexto grado juegan con más libertad y conocimientos”, afirma Talavera.
También destaca que el ajedrez puede ser practicado por todo tipo de personas, incluso aquellas con alguna condición psicomotora. Es una terapia indicada a personas autistas, pues contribuye a mejorar la conducta, a tener paciencia y a involucrarse con las demás personas.