Nacida en el corazón del departamento de Estelí, una joven nicaragüense está dejando su huella en la industria hortícola de los Estados Unidos. Su nombre es Isabela Chamorro Irías, y recientemente fue reconocida con el premio “Young Grower of the Year 2025” o “Joven productor del año”, por la revista Grower Talks Green Profit, un galardón que celebra el talento y la innovación en el cultivo de plantas ornamentales.
Isabela creció rodeada de inspiración familiar. Contó que fueron su padre y su abuelo quienes la motivaron a seguir este camino lleno de retos, pero también de grandes satisfacciones.
”Mi papá y mi abuelo siempre tuvieron esa pasión por la horticultura. Creo que el solo contacto con la naturaleza me influyó”, compartió Isabela.
Antes de cruzar fronteras, Isabela, graduada en Ingeniería Agropecuaria, trabajó durante dos años en Las Limas, Estelí. Allí dio sus primeros pasos en el mundo agrícola, hasta que decidió aceptar una oportunidad en Estados Unidos, que cambiaría su vida por completo.
Hoy, Isabela se encarga de la planificación de siembras para toda la temporada, en la empresa estadounidense Mahoney’s Garden, un rol que requiere precisión, conocimiento y liderazgo. Ella relata que ha sido una experiencia transformadora y fueron sus compañeros quienes la nominaron para recibir el premio.
”No sabía que mis compañeros prestaban atención a lo que yo hacía. Pero lo recibí con mucho orgullo”, declaró.
Uno de los mayores desafíos para Isabela fue el idioma inglés, un obstáculo que tuvo que superar día a día, con disciplina y paciencia. Su esfuerzo fue reconocido de una manera sorprendente.
“Uno es muy exigente con sí mismo, nunca es suficiente. Si me hubieran preguntado probablemente no estaría satisfecha. Pero que los grandes de la industria me reconozcan es un orgullo para mí”, dijo Isabela.
Con humildad y gratitud, la ingeniera esteliana compartió un mensaje a los jóvenes nicaragüenses que sueñan con crecer y abrirse paso en el mundo.
”Hay que preguntar y tomar esa oportunidad que se te presenta. No sabés cuándo se te va a abrir otra puerta después”, añadió la ingeniera.
Con emoción, recuerda también las enseñanzas de sus abuelos, quienes le inculcaron la fe, la paciencia y la constancia.
Y aunque su vida hoy está en Estados Unidos, su corazón sigue latiendo por Nicaragua.
“En un futuro sueño con tener mi propio vivero en donde pueda crecer plantas nativas y ayudar al ecosistema. Me encantaría preservar muchas especies que quizá están en peligro de extinción. Creo que sería un lindo proyecto en Nicaragua”, finalizó.
Desde Estelí hasta Massachusetts, Estados Unidos, la historia de Isabela Chamorro es la prueba de que los sueños florecen cuando se cultivan con esfuerzo, pasión y esperanza. Una historia que inspira, motiva y demuestra que las raíces nicaragüenses pueden crecer en cualquier parte del mundo.