El presunto autor de la muerte de Pablo José Acuña Alvir, el pasado sábado en Elgoibar, España, ingresó a prisión por orden del juez. Aunque la investigación policial sigue abierta, el Departamento vasco de Seguridad ha descartado el móvil de violencia de género y todo apunta a una discusión previa que se habría originado entre los dos hombres en un bar del municipio.
La publicación del sitio web Noticias de Gipuzkoa, informa que se acusa por homicidio al detenido, de 35 años, cuyo identidad no ha trascendido, acusado de apuñalar a Pablo Acuña, de 36, y herir a su acompañante, Jacqueline Vargas, de 37.
Al parecer, las tres personas de nacionalidad nicaragüense, habrían coincidido durante la noche del sábado en un bar, lugar habitual de encuentro entre ciudadanos latinoamericanos.
La víctima y el detenido, viejos conocidos que habrían trabajado previamente juntos en labores forestales, comenzaron una discusión en el local de donde fueron expulsados.
El ahora detenido les habría seguido, originando un nuevo altercado en plena calle que se saldó con el apuñalamiento mortal de Pablo. La mujer también resultó herida tratando de defender a su acompañante y fue dada de alta el lunes.
Fuentes policiales confirmaron que todos los indicios apuntan a que el sospechoso tenía como propósito agredir a la mujer, una cuestión que motivó en un inicio la idea de que pudiera tratarse de un nuevo caso de violencia de género.
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Ahora familiares de Pablo Acuña recaudan fondos para repatriar el cuerpo. Foto: Diario Vasco
No obstante, Vargas negó en su primera declaración conocer al hombre antes del encontronazo que tuvieron los tres en el bar. De hecho según apuntó Mayra Acuña, la hermana de la víctima mortal, "si a Jacqui le preguntas por el agresor no va a saber quién es, solo si le ve en una foto puede que le reconozca".
Mientras que el sospechoso del crimen habría intentado eludir su detención infiltrándose entre los participantes de una marcha, fue detenido tres horas después.
Buscan repatriar cuerpo
Familiares y allegados de Pablo, junto a cientos de personas despidieron el martes en un plaza al joven asesinado. Ahora, la familia trata de recaudar aproximadamente 8.000 euros con los que poder repatriar el cuerpo de Pablo a Nicaragua. Entre las iniciativas, además de recaudar en los locutorios, tienen previsto realizar una comida solidaria.
Pablo Acuña llegó a Euskadi hace un año. Paso de ser taxista en Nicaragua a trabajar como pintor, y al parecer disfrutaba con su trabajo en Euskadi.
Jacqueline, por su parte, ya recuperada de las heridas sufridas, ha sido despedida de su trabajo como cuidadora interina, dado que en el momento del trágico suceso debía haberse encontrado en el domicilio de la vecina que cuidaba.
Fuentes: Diario Vasco, EITB y Noticias de Gipuzkoa