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La necesidad despierta el ingenio

Su pensión no es suficiente. Laboró como maestro durante más de dos décadas, ahora, a sus 70 años, elabora postres para salir a vender a las calles de Estelí.


Periodista Alba Nubia Lira
12-Junio-2019
Estelí-Nicaragua
Con la frase de Miguel de Cervantes: "La necesidad despierta el ingenio", se siente identificado el licenciado Jairo Abraham Toruño Moreno, quien laboró 25 años como docente y ahora, debido a la poca jubilación que recibe, se dedica a vender postres en la ciudad de Estelí.

El profesor Jairo Toruño tiene 70 años de edad y padece varias enfermedades, una de ellas le obliga a caminar con bastón, sin embargo, él ve en su bastón "un gran amigo", incluso lo describe de forma poética como "una flauta donde el viento toca sublime melodía" ya que es el único medio que utiliza para movilizarse.

Toruño Moreno vive sólo en un cuarto alquilado. Relató a Noticias ABC que la docencia no fue su único empleo a lo largo de su vida, sino que también trabajó en una cooperativa, fue bodeguero, reparó calles, entre otros oficios, de los cuales se siente orgulloso.

Desde hace algunos años, el maestro, quien se ha ganado la simpatía de quienes lo conocen, endulza a la población con postres como rompopo, tartas de coco, pasteles rellenos de pollo, tartas de pollo y plátanos en gloria, los que mayormente comercializa en la entrada del Supermercado La Segovia, a precios accesibles y portando una humilde canasta plástica.

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Descripción

El profesor Jairo Toruño usualmente ofrece sus postres en la entrada del Supermercado Las Segovias de Estelí. Foto: Alba Nubia Lira/Radio ABC Stereo

"Yo decía, si estoy bien de mis manos y todavía puedo pensar, puedo hacer algo, y se me vino a la mente la idea de los postres. Yo hago los postres, por encargo hago los rompopos, algunos dicen rompope verdad, pero como buen nicaragüense que soy, yo digo rompopo. Yo hago varios tipos de postres y cositas al horno, tenía una buena clientela cuando me podía movilizar, ya estando jubilado, pues la pensión no me da", compartió el carismático profesor.

El maestro jubilado espera desempeñar este oficio digno durante muchos años más, y le satisface realizar esta labor para poder solventar los gastos para los que no le ajusta su pensión. Considera que ser maestro en Nicaragua es mayormente por vocación, puesto que el salario para este importante gremio es muy bajo.

"Con lo que yo gano, yo no voy a tener una vivienda nunca, aunque en la Constitución dice que toda persona que no tiene una propiedad, es un deber del Estado garantizarla. No estoy hablando de política, sino de lo que dice la Constitución y la Ley de Carrera Docente", comentó.

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