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Sin electricidad y sin internet: las dificultades de estudiar en pandemia en las zonas rurales de Estelí

La pandemia del coronavirus marcará un antes y un después en el tema de educación. Los estudiantes de las zonas rurales de Estelí, conocida como la capital del tabaco, se vieron excluidos de las alternativas virtuales y tecnológicas nacionales de aprendizaje durante los primeros meses de pandemia en Nicaragua por la falta de infraestructura.

No hay cifras públicas de cuántos niños dejaron de ir a la escuela desde que se detectó el primer caso de Covid-19. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo
No hay cifras públicas de cuántos niños dejaron de ir a la escuela desde que se detectó el primer caso de Covid-19. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

Periodista Martha Celia Hernández
23-Noviembre-2020
Estelí-Nicaragua

Rafael Arce Matute ha hecho el papel de maestro en su humilde casa en la comunidad Macuelizo, en el departamento de Estelí, desde que inició la pandemia de la Covid-19 en Nicaragua. 

Él fue uno de muchos padres de familia que por temor decidió no enviar a sus hijos a la escuela, porque tenía mucho miedo que el niño se fuera a contagiar. Más aún cuando observó que tampoco se tomaban medidas de prevención en las aulas, así que comenzó a impartir clases cuando no pudo conectar a su hijo de manera virtual a las clases. ¿La razón? La falta de infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones.

Estelí, pese a ser uno de los municipios más activos económicamente en Nicaragua debido a la producción de tabaco, tiene muchas carencias de infraestructura a nivel rural. Un ejemplo de ello es la comunidad de Macuelizo, a unos seis kilómetros del casco urbano de la ciudad norteña.

Macuelizo está rodeada de extensas áreas de siembra de tabaco, inversionistas extranjeros han invertido en la zona y han vuelto estos plantíos el motor económico que le da fama de progreso a Estelí. Sin embargo, en Macuelizo no hay fluido eléctrico y las telecomunicaciones es cuando menos, limitada.

"Escuchamos sobre la forma en que impartían las clases, como aquí no tenemos tampoco el acceso a la luz, no tenemos las herramientas necesarias, tampoco hay internet", comentó Rafael.

"No alarmar a los estudiantes"

En Nicaragua no hay cifras públicas de cuántos niños dejaron de ir a la escuela desde que se detectó el primer caso de Covid-19 el pasado 18 de marzo. El gobierno, a diferencia de otros países, mantuvo las clases presenciales para los colegios públicos. Sin embargo, en los primeros meses de la pandemia las aulas quedaron prácticamente vacías y a los maestros de la zona rural se les duplicó el trabajo.

Una maestra de la comunidad de Miraflor, en Estelí, y que por temor a ser despedida pidió no ser identificada, relató que las primeras orientaciones que les dieron fue que no tenían que alarmar a los estudiantes. Las autoridades municipales del Ministerio de Educación (Mined) les ordenaron que "actuaran normal" y sin usar mascarillas. La profesora asegura que tenía 40 estudiantes, y de esos, solo se mantuvieron 10 en los 5 primeros meses de la pandemia.

Ante la ausencia de estudiantes, otra orientación que las autoridades bajaron a los maestros es que tenían que ir a buscar casa a casa a los alumnos ausentes. En ese proceso de persuasión del personal docente, las guías con instrucciones de ejercicios de diferentes materias se resolvían en casa.

Padres con apenas educación básica

Rafael Arce Matute enseñándole a su hijo a leer. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

Como en la comunidad de Macuelizo se carece de  acceso a internet, Rafael Arce y su esposa Yessenia Blandón tomaron la decisión de apoyar al aprendizaje de su hijo con las guías que entregaba su maestro. Pero en su caso encontraba una brutal limitante: al hacer turnos como guarda de seguridad, la madre quedaba a cargo de la enseñanza, pero ella únicamente sabe leer. La mujer no puede escribir.

Esta es una de las múltiples dificultades de las familias rurales nicaragüenses para apoyar a sus hijos en sus estudios desde el hogar. Aunque se tuviera a mano la tecnología, algunos padres y madres afirman que no saben usarla.

Los docentes detectaron las debilidades de aprendizaje una vez que los padres devuelven las guías. Para la maestra consultada para este reportaje es necesario que los profesores  les expliquen a los estudiantes  cómo deben de hacer ciertos ejercicios. "Algunos padres apenas sacaron la primaria y algunos estudiantes no contestaron muchas preguntas de las guías…y eso que estaban fáciles para que ellos las respondieran. Las respuestas correctas no estaban en las guías", enfatizó la educadora.

Este tipo de situaciones incrementa la brecha en educación, particularmente en el área digital, porque más niños y niñas se ven sin las oportunidades de tener otro canal para fortalecer su aprendizaje.

Teleclases sin preparación

Ante la ausencia de estudiantes, maestros tenían que ir a buscar casa a casa a los alumnos ausentes. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

Las teleclases en el canal estatal de televisión fueron una estrategia del gobierno de Nicaragua para reforzar los conocimientos de los estudiantes en los centros  públicos desde la comodidad del hogar. No obstante, en comunidades como Macuelizo se carecía de electricidad. Pese a que en el mapa de cobertura de electricidad Estelí aparece entre los 9 departamentos que casi alcanza el 98% de electrificación, las clases por televisión tampoco han sido una alternativa.

A juicio del experto en educación Cefas Asencio Flores, las teleclases no lograron cumplir con los objetivos de reforzamiento. Explicó que lo que han hecho los sistemas educativos es proteger al estudiantado y al personal educativo, a través de las modalidades a distancia, principalmente por la conexión a internet. 

Sin embargo, en las áreas rurales, en vista de la poca accesibilidad, lo que se ha hecho es ir  involucrando la televisión educativa, redes de emisoras locales y utilización de materiales educativos. Algo que se ha replicado en diferentes países del mundo donde hay áreas rurales con esa problemática.

"En Nicaragua se intentó hacer en unos días las teleclases, pero fue muy criticada, porque realmente no estaba muy preparada", según lo que observó el experto en educación.

Comunidades desconectadas

Algunos padres de familias tienen dificultades con el acceso al internet en Apaguí, Miraflor. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

Un estudio publicado por Yi Su, experta en  marketing y publicidad, indica que  en promedio la mitad de la población de Nicaragua posee más de un dispositivo móvil. Pero pocos saben usarlos y tampoco tienen a alguien que les enseñe. La señal es limitada en el campo y es algo que constatamos en una  de las zonas con potencial turístico en Estelí, como es Miraflor.

Para el niño Harold Gamaliel González Talavera, los 5 meses que pasó sin ir a la escuela producto de la pandemia de la Covid-19, lo obligaron a estar alejado de sus amigos con quienes extraña jugar. Harold vive con su familia en la comunidad de Apagüí, una zona de difícil acceso ubicada en la reserva Miraflor, vendida como el  destino más llamativo para hacer turismo rural en el municipio de Estelí.

Blanca Nereyda Talavera es la madre de Harold y en su casa no hay señal de ninguna de las compañías de telefonía móvil e  internet. Apoyó a su hijo a resolver las guías entregadas por los maestros, que luego ella misma iba a entregar a la escuela. Para la madre, esta modalidad es la única con la que podía su hijo nivelarse con los estudios.

Pese a la propaganda del gobierno a través de la empresa ENATREL de alcanzar este año  el 99% de electrificación en el país, un buen número de comunidades en Miraflor carecen de electricidad. Aunque  la promesa de que la luz llegará pronto se ha comenzado a materializar, en algunas zonas se instala el tendido eléctrico y el proyecto podría finalizar en este mismo año.

Fijo el diploma y el aprobado

La pandemia del coronavirus marcará un antes y un después en el tema de educación. Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

El Ministerio de Educación retrasó este año el calendario escolar. Los últimos días de clases se han programado para el 4 y 5 de diciembre. Es casi un hecho que por la evidente ausencia en las aulas, los estudiantes sean promovidos al siguiente grado, según los expertos en educación.

Algo que fue refrendado por la docente consultada por Noticias ABC. Según la profesora, se les dio la orientación que si los estudiantes llegaban el último día de clases, había que aceptarlos. "Unos se salieron, los padres decidieron sacarlos definitivamente. Los chavalos van a salir de promoción así no hayan llegado todo el año. Ya tienen fijo el diploma, boletín y las notas ", aseguró.

Promover sin medir el conocimiento, generaría una deficiencia en la calidad de la educación, señala, la directora del Instituto de Formación Permanente (Insfop) Josefa Ruiz Lorente. Este organismo dirige la educación preescolar y primaria en Estelí.

Josefa Ruiz Lorente, directora del Instituto de Formación Permanente (Insfop). Foto: Martha Celia Hernández/Radio ABC Stereo

Desde su experiencia de trabajo, la pandemia les dejó evidencias de que este ha sido un año tan irregular, que encontraron problemas serios de inasistencia a los centros de educación. Han realizado campañas o encuestas que reflejan que los padres de familia prefieren que sus hijos se queden en casa debido al temor a ser  contagiados. En este sentido, el organismo está haciendo una proyección, incluso para las vacaciones, de implementar campamentos para fortalecer la educación, sobre todo para los que van de preescolar a primer grado y de sexto grado a secundaria.

Lorente coincide con que ahorita se ha incrementado la asistencia de los niños a las escuelas porque a ellos les interesa que los promueven para el otro año. "Eso tiene sus desventajas, porque si teníamos un problema de una educación con deficiencias, con este problema va a ser mayor", comentó.

Casi el mismo presupuesto

La pandemia del coronavirus marcará un antes y un después en el tema de educación. Esto significa que los gobiernos deberán invertir más en este sector. En el caso de Nicaragua el presupuesto proyectado para el 2021, con respecto al del año pasado, es similar. De 14 millones 587 mil córdobas se destinaron 14 millones 613 mil córdobas.

Según el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, en el presupuesto del 2020 se destinaron fondos para la capacitación a 13 mil docentes y directores en el buen uso de tecnologías educativas. Pero para la maestra que accedió a brindarnos información, en su caso jamás ha recibido actualización sobre este campo. Considera que debería haber acceso a internet en las escuelas  para que los estudiantes se auxilien de computadora o teléfonos y ellos realicen mejor sus tareas.

Un estudio del Foro de Educación y Desarrollo Humano revela que de los más de 56 mil docentes que hay en todo el país, solamente 15 de cada cien utilizan el internet para fortalecer búsquedas que faciliten el proceso de aprendizaje. Por otro lado están los padres de familias, que no están en la capacidad de apoyar a sus hijos con los estudios virtuales.

Yelsin Talavera Moreno de Apaguí, en Miraflor, señala que algunos padres de familias tienen dificultades con el acceso al internet, y opina que sería bueno que también se les de asesoría a los padres de familias para que enseñen de una manera más creativa a sus hijos. En caso de no haber señal, los padres de familias pueden ir a un punto específico donde podrían conectarse.

En Nicaragua en momentos de crisis, como las que se han vivido en los últimos años, acceder o no acceder a contenidos educativos, marca, una vez más, quiénes están pudiendo acceder a un derecho y quiénes quedan fuera.


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