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De vendedor de donas por internet a dueño de un centro turístico

El cielo es el límite. Jorge Cáceres empezó vendiendo por internet pero sus deseos de superación lo motivaron a convertir una finca en un centro turístico ubicado en Quilalí.

Jorge Cáceres, emprendedor de Quilalí. Foto: Cortesía
Jorge Cáceres, emprendedor de Quilalí. Foto: Cortesía

Periodista Famnuel Úbeda
9-Abril-2021
Nueva Segovia-Nicaragua

Jorge Cáceres tiene 30 años de edad y es un amante de los negocios, la innovación y la creatividad. Empezó vendiendo donas y comida venezolana por internet en su pueblo natal, Quilalí, en el departamento de Nueva Segovia.

Todo comenzó por su determinación y deseos de salir adelante en medio de una crisis económica generada por la pandemia del Covid-19. "En ese entonces ya se estaban usando bastante la redes sociales para hacer negocios, entonces yo comencé a publicar las donas que vendía, así la gente las fue probando y fui agarrando clientes, después empecé a vender comida venezolana y atendíamos solo a domicilio", recuerda el joven. 

El éxito ha sido tanto que hoy no solo vende por internet, sino que al ver que en su pueblo natal no existía un espacio para hacer turismo, decidió convertir una pequeña finca en "El Paraíso", lugar donde no solo hay comida, sino donde también se puede respirar aire puro, además de nadar, ya que por la propiedad atraviesa un arroyo, donde el agua es fresca y cristalina que sale de La Providencia, una de las tantas altas montañas del cerro blanco.

"Ha venido gente de Managua, de Estelí, de León, de lugares que nunca pensamos que iban a venir por la distancia, por ejemplo, de León hasta aquí son más de 6 horas en vehículo", confiesa Jorge. 

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Todo fue muy rústico al principio: una caseta improvisada de plástico negro con bambú y poca gente, sin más que las ganas soñaban aun así a lo grande al ver que cada día eran más los clientes. "A la gente le gustó el lugar, comenzamos a decorarlo con plantas, hamacas, chinos", cuenta el joven. 

Hoy cuenta con toda una cadena de preparación y distribución, ya no solo de donas, sino de comida a la carta y la especialidad que es la pizza, además genera empleo a 10 personas entre repartidores, cocina y meseros.

El éxito de este emprendimiento ha sido el trabajo y unidad en familia, pero también la perseverancia, donde se incluyen sus padres doña Rosa Aidé Vásquez y Víctor Manuel Cáceres.

Jorge planea en un futuro construir cabañas para brindar servicio de alojamiento, de igual forma una área de piscina que permita al cliente estar cómodo, lejos de la contaminación y cerca de la naturaleza.



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