El maestro, promotor de cultura, historiador, recopilador y escritor esteliano Juan Urbina Osegueda falleció la noche de ayer jueves 20 de octubre, a sus 77 años de edad en Estelí por causa natural, según informaron algunos promotores culturales de esta ciudad norteña.
Juancito, como se le conocía en el mundo cultural, nació el 24 de junio de 1945 en la comunidad El Ocotillo, municipio de San Nicolás de Oriente, municipio del departamento de Estelí. Con 8 años de edad dio los primeros pasos en labores del cultivo de la tierra, al lado de su progenitor.
Con el transcurso del tiempo laboró como obrero en el campo del cultivo del tabaco, en todas las fases del proceso, y en la manufactura industrial. Con grandes esfuerzos logró estudiar por encuentro la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Estelí, y con sus conocimientos académicos se pudo desempeñar como docente.
Urbina junto a Felipe Urrutia, de quien fue biógrafo y amigo. Foto: CortesíaUrbina fue un apasionado del arte y la cultura, razones que lo llevaron a formar parte del equipo de promotores y fundadores de la Casa de Cutura Leonel Rugama del Diamante de Las Segovias. También publicó algunos artículos culturales en periódicos y revistas con énfasis en la narrativa y la poesía.
Desde 1990 hasta inicios del año 2000, se desempeñó como inspector de Educación Secundaria en el Instituto Nacional Francisco Luis Espinoza (INFLE), Estelí. Además, ocupó otros puestos en instalaciones públicas, como el de responsable de servicios administrativos en el Instituto Técnico Forestal (INTECFOR), en Santa Cruz.
Juan Urbina Osegueda escribió y publicó algunos libros, incluido el de "Las Caiteadas de Don Felipe", en el que recopiló la vida e historia musical del músico esteliano Felipe Urrutia Delgadillo, famoso recopilador de polkas y mazurcas. Además de su biógrafo, también fue amigo cercano del Trovador de Las Segovias, fallecido en diciembre de 2014.
La poesía era de sus más grandes pasiones, a través de una publicación escrita en febrero de 2020, Urbina decía que: "la poesía es una maestra con una tiza en la mano, un libro abierto e impartiendo la clase frente a los alumnos, caminando de un lado a otro, los estudiantes atentos a las enseñanzas y al olor de la maestra".
"La poesía es un agricultor adentro de su milpa cortando los elotes para la güirila de dos hojas, chorreada, recién salida del comal…la poesía es un amor provocado", compartía.
