Rito Emilio Martínez es acusado de haber pagado 50 mil córdobas para que tres sujetos mataran a su hermana, Sebastiana López Martínez, y a su sobrino, Engel Leiva López. El móvil del crimen aparentemente fue quedarse con las propiedades de la familia.
Según información de Radio La Primerísima, Rito Emilio Martínez habría entregado a inicio de agosto del corriente año un revólver calibre 38 y el dinero a Arlen Antonio Robleto, quien reclutó a Lorenzo Calero Gudiel y a su hijo, Adrián Antonio Calero Castellón, para ejecutar el crimen.
De acuerdo con la acusación, los cuatro sujetos planearon una emboscada que tuvo lugar la noche del pasado 5 de septiembre, en la comunidad Llano de los Pedros, municipio de Lóvago, Chontales.
A eso de las siete de la noche, los tres hombres que Rito Emilio Martínez había contratado llegaron a casa de las víctimas. Engel fue a quien encontraron primero. Le exigieron dinero, pero cuando él les dijo que solo tenía un teléfono se lo arrebataron.
Procedieron a amarrarlo de las manos con una cuerda y lo pusieron boca abajo. Luego, Robleto y Lorenzo entraron a la sala donde estaba Sebastiana, junto a sus dos nietas de once y siete años.
Los hombres obligaron a la víctima a ponerse de rodillas y fue encañonada por Robleto, quien la llevó a un cuarto donde le disparó en el pecho. Al salir, el hombre le disparó en la nuca a Engel.
Creyendo que él había corrido la misma suerte que su madre, los sujetos huyeron tras el crimen. Sin embargo, Engel sobrevivió y su relato fue clave para la acusación que, junto a las pruebas recolectadas por las autoridades y las indagaciones periciales, sirvió para identificar a los autores y al autor intelectual.
El Ministerio Público acusó a Arlen Antonio Robleto, a Lorenzo Calero Gudiel y a Adrián Antonio Calero Castellón como coautores directos de asesinato agravado, y a Rito Emilio Martínez como autor intelectual del asesinato agravado y parricidio frustrado.
Además de los cargos por asesinato, los cuatro enfrentan acusaciones por robo con violencia y por tenencia ilegal de armas. La juez Mileydi Edith Morales Sequeira admitió todas las pruebas y los remitió a juicio.