Las puertas de la educación siempre están abiertas y hay quienes en cualquier momento de la vida se animan a tocarlas. Este es el caso de Vladimir de la Cruz Carazo, un hombre que a los 50 años de edad decidió cambiar su destino y apostar por un futuro profesional.
Vladimir nació en Estelí, donde creció rodeado de motores y herramientas, ya que su papá tiene un taller de mecánica automotriz, pero en su adolescencia sus ocupaciones lo alejaron de las aulas de clases.
Fue hasta después de 40 años que una oportunidad de estudiar despertó en Vladimir la necesidad de continuar su formación académica y profesional. Decidió dar un paso hacia el sistema educativo nuevamente, entrando a un programa de educación de adultos a distancia.
Carazo demuestra que la edad no es un límite. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC StereoCumplidos los 51 años, después de mucho esfuerzo, logró finalizar la secundaria, un logro que parecía un sueño lejano, pero que le abrió las puertas de la universidad.
Vladimir ingresó a la Universidad Ricardo Morales Avilés, de Estelí, para estudiar Ingeniería Electromecánica. Durante seis años combinó trabajo y estudios, asistiendo a clases los fines de semana, mientras sus compañeros y maestros lo apoyaban y motivaban para seguir adelante.
Actualmente, a sus 56 años, Vladimir recibió su título universitario, demostrando que nunca es tarde para alcanzar los sueños: la edad nunca es el límite.
