María Josefa Maldonado Rodríguez, de 84 años, es una mujer jubilada que recibe mil córdobas como parte de su pensión, dinero que resulta insuficiente para asumir los gastos de alimentación y medicina, mucho menos para pagar una factura elevada por el servicio de agua potable.
Maldonado vive junto a su esposo en el barrio Noel Gámez, al oeste de la ciudad de Estelí, donde solo tiene un baño y un lavandero. La familia históricamente ha pagado entre 70 y 104 córdobas por el servicio de agua, pero ahora está obligada a pagar más de 1,500 córdobas, dinero que no tiene de donde sacarlo.
Este es el recibo que deberá pagar doña María Josefa. Foto: Famnuel Úbeda/Radio ABC Stereo
"Yo vivo en Leonel Rugama, por el INTAE. La factura me salió de más de 1,500 córdobas, no sé porque, yo digo que es un robo que me están haciendo y por eso vengo a buscar ayuda. Ya fui a presentar el reclamo y me dijeron que no hay rebaja, que eso es lo que sale y tengo que pagarlo. Les dije que me esperen para el 20, que es cuando me dan mil pesos en el INSS, yo no tengo para pagar toda esa cantidad", relató la señora de avanzada edad.
"Yo no tengo gastos, ni perros hay para que beban agua, solo una gatita. Me asusté porque he pagado 70, 50, y me sale de más de 1,500 córdobas. Este es el recibo de julio", añadió doña María Josefa Maldonado.
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En busca de una solución favorable esta anciana acudió a la oficina de Defensa del Consumidor, donde fue orientada y acompañada por la responsable Ángeles Cáceres, quien sugirió a la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (Enacal) revisar bien el caso.
"En la inspección sale algo que no se puede leer, entonces Enacal debería revisarla, porque de repente a la gente le llegan a hacer la inspección pero esta es una información como en el limbo, porque al final te ponen ahí un número que uno no entiende. Es una falta de consideración y un irrespeto al consumidor. Es un cliente que debe ser bien tratado, así lo establece la Ley 842, que esa vigente y protege a los consumidores de Nicaragua", expresó Cáceres.
Colaboración: Famnuel Úbeda
