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Reconocido sastre de Somoto sufre las secuelas del Covid 19

Don Alfonso Cuevas es uno de los sastres más conocidos en Somoto. Hace varios meses se contagió de Covid-19 y aún sufre varias secuelas, entre ellas la pérdida parcial de la movilidad en uno de sus brazos.

Pese a las secuelas del virus no ha dejado de trabajar. Foto: Denis García/Radio ABC Stereo
Pese a las secuelas del virus no ha dejado de trabajar. Foto: Denis García/Radio ABC Stereo

Colaborador Denis García
5-Mayo-2022
Madriz-Nicaragua

Don Alfonso Cuevas tiene 84 años y más de la mitad de su vida la ha dedicado a la sastrería y por esa razón muchos somoteños lo conocen y le tiene mucho aprecio, también por su manera de tratar a las personas.

Pero hace aproximadamente seis meses a don Alfonso le tocó vivir uno de los episodios más difíciles en su vida, su salud fue afectada por el Covid 19, que lo mantuvo por varias semanas convaleciente, como él mismo lo relata estuvo durante varios días en estado agónico, pero gracias a Dios logró sobrevivir.

No obstante, su recuperación ha sido lenta, a tal punto que aún le han quedado secuelas de la enfermedad. Don Alfonso ha perdido varias de sus facultades porque siente que su brazo derecho le quedó adormecido.

Además, poder levantarse de la cama se le complica porque tiene que impulsarse con su otro brazo, luego logra sentarse en el borde de la cama y con esfuerzo se levanta.

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Pero una de las cosas que don Alfonso más lamenta es que no ha podido ejercer con normalidad el oficio que tanto ama, como es la sastrería, ya que no puede cortar la tela porque su mano derecha le quedó sin fuerza.

"La sastrería lleva números, multiplico y puedo rayar un pantalón, rayo el corte y se corta el pantalón, la señora lo corta porque yo no puedo cortar porque no puedo apretar la mano. El brazo derecho lo tengo lisiado, no puedo tirar, por ejemplo, un papel a la basura, tengo que depositarlo en la orillita", comenta don Alfonso.

Otras secuelas que don Alfonso ha vivido son: "Hasta los dos meses pude comer un poco, pero no puedo comer comida muy condimentada porque paso mal. En los primeros días después del virus tuvieron que ponerme suero vitaminado porque yo lo pedí porque no podía dormir. Bajé más de 40 libras de peso y tuve problemas de dicción, me costaba pronunciar algunos nombres porque se me olvidaban".


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