Nicaragua, tierra llena de belleza natural y una rica historia agrícola, celebró ayer domingo 3 de septiembre el Día Nacional del Campesino.
Este día especial, que honra a los hombres y mujeres valientes que dedican sus vidas a la agricultura, se celebra en memoria de Bernardino Díaz Ochoa, un líder campesino que perdió la vida mientras luchaba por los derechos del sector.
La agricultura ha sido durante mucho tiempo un pilar fundamental en el desarrollo de Nicaragua, contribuyendo significativamente a la economía a través de divisas, empleo y alimentos accesibles para la población.
Los pequeños y medianos productores, que representan más del 70% de la población rural productiva, han tenido que enfrentar adversidades como el cambio climático, plagas y enfermedades.
A pesar de estos obstáculos, continúan siendo la columna vertebral de la economía y la cultura de nuestro país, manifestó Erminio Gutiérrez, miembro de la mesa agroclimática en el departamento de Estelí.
"Miramos que cada día es importante pues la labor del campesino , uno trabaja desprendidamente sin compromisos, el compromiso es la familia, la comunidad, la responsabilidad con la ciudadanía", declaró Gutiérrez.
Por su parte, Bilomar Alfaro, pequeño productor de Pueblo Nuevo, Estelí, señaló que los campesinos son responsables de garantizar la alimentación y la economía del país, a pesar de los desafíos que enfrentan.
"Somos vulnerables a muchas dificultades que nos encontramos como el cambio climático, el aumento en los insumo, escasez de mano de obra y a la hora de comercializar la cosecha, quien se lleva la mayor parte es el intermediario, nosotros nos quedamos pues como dice el dicho popular solo con la penqueada", manifestó Alfaro.
La determinación y el esfuerzo incansable del campesinado son admirables y esenciales para mantener a Nicaragua próspera y nutrida.
