Ya no pueden compartir una comida, un pastel y darle el abrazo de cumpleaños al joven, que a pesar de ser una persona bien callada, nunca evitó mostrar su amor y afecto para todos sus seres queridos.
El 30 de mayo del año pasado, Cruz Alberto Obregón López falleció a consecuencia de los aparentes impactos de perdigones de escopetas que le habrían propinados después de participar en la Marcha de las Madres en la ciudad de Estelí.
Cruz Alberto falleció junto a otras tres personas que después de la manifestación habrían sido atacadas por civiles armados. La señora Sara Amelia López Pérez aún llora amargamente porque por segundo año consecutivo no podrá abrazar a su hijo en ocasión de su cumpleaños.
"Hoy, 11 de octubre, mi hijo estaría cumpliendo sus 25 años, ya es el segundo año que no lo tengo para esta fecha tan especial. Cuando él estaba había alegría, felicitarlo, hacerle alguna cena, todo era diferente. Es una fecha que queda marcada porque al quitarle a uno un hijo, es como si una parte de mí se va también al cementerio, es muy triste", manifestó Sara Amelia a Noticias ABC.
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La mochila que usaba Cruz Alberto y otros artículos que sus familiares guardan. Foto: Roberto Mora/Radio ABC Stereo
Cruz Alberto Obregón López estaba haciendo su tesis para graduarse como ingeniero civil, carrera que estudió diario en la UNI Norte, pero además cursaba su último año de ingeniería renovable en la FAREM Estelí, donde tenía como compañero de clases a uno de sus mejores amigos: Orlando Pérez Corrales, también asesinado en las protestas del 20 de abril.
Sufrió mucho, fue visto llorar en su cuarto de habitación y desde allí cambió su percepción, decidiendo marchar para exigir justicia por la muerte de su amigo. El 30 de mayo le tocó a él. Hoy la sociedad y su madre esperan justicia.
"Después que lo asesinaron a él, nos hemos convertido como en perseguidos, asediados, en la casa no podemos poner una bandera porque llegan patrullas y motorizados (motociclistas). Después de que somos víctimas nos quieren callar, no quieren que hablemos. No hay libertad", contó la mamá de Cruz Alberto.
"Yo espero que algún día vamos a tener justicia, la Divina ya la tenemos pero también vamos a tener la justicia terrenal por cada uno de los asesinados. Un abrazo a mi ingeniero hasta el cielo, lleno de amor de su madre, siempre lo tengo presente en mis oraciones", expresó la adolorida madre.