Desde el pasado martes y este miércoles, en la sala 1 del tanatorio de Cáceres en España, dieron el último adiós a Jonathan Espinoza, conocido como “Pirlo”, un joven de 25 años y originario de Ocotal, Nueva Segovia, que fue asesinado la noche del pasado domingo 21 de septiembre.
Su madre, Marisol Castellano, viajó desde Nicaragua hasta España, gracias a la colaboración de cacereños, familiares y amistades que ayudaron a cubrir los gastos del viaje.
Los hechos ocurrieron frente a un estanco, donde se originó una riña entre dos grupos que acabó en la muerte de Jonathan. El presunto autor, un joven de la misma edad que la víctima, se encuentra ya en prisión provisional acusado de homicidio.
El funeral se celebró este miércoles a las 10:30 de la mañana hora española, en la capilla de la avenida de la Hispanidad. Tras la ceremonia, el cuerpo de “Pirlo” fue incinerado, en un proceso asumido por el Ayuntamiento de Cáceres.
Sus cenizas serán trasladadas a Nicaragua, donde su familia organizará un homenaje para recordarlo en su tierra natal.
La comunidad latina en Cáceres ha expresado su indignación y clama justicia para que el crimen no quede impune.